Una ventana


Y de golpe me cayó la pregunta que se fue gestando toda esa noche:

¿Qué hago acá?

Todos comen y hablan. Ruido.

Se sienten, abrumadores, los sonidos de cuchillos y tenedores cayendo sobre platos densos y cada vez más áridos; y copas que se chocan con esos mismos tenedores, cuchillos, platos y labios que hablan y completan con vacíos la nada que es esa gran mesa.

Y me miran y me preguntan animados, sin darse cuenta de que no pertenezco (esa noche) a esa jungla, en donde sobrevive el más apto. En donde el silencio significa tapar una voz con otra. Y alguien me hace una pregunta que es interrumpida por otro interrogante que también es cortado por otra inquietud de alguien que apenas termina de hablar se olvida de lo que acaba de decir por estar pensando lo próximo que manifestará. Y así todos.

Y soy mi mirada. Y me fugo. Y todo queda desenfocado en ese restaurante, mientras vos te erigís como lo único nítido de esa noche. Tan clara y tan distinta como una verdad.

Quedo mirándote. No sé si dos horas o un parpadeo. Y dejo de mirarte un largo rato, para volver a vos luego. Para no quedarme allí, sino para que seas mi escape.

Girás, suavemente, la copa en tu mano, que es una extensión del paraíso. De tu perfil. Y creas, en medio de esa multitud de palabras, el silencio. En mi mente. Y lo que antes me aturdía, ahora es murmullo, es mar de fondo en esa ventana. Y vuelvo a la jungla, para poder ver por la ventana más tarde.

Y en uno de esos retornos a tu cuello, no estás. Y no sé donde volveré a encontrarte. Tal vez en otra jungla. Tendrás otras formas, otros colores, otro marco y otra será tu sangre en el vaso. Pero serás clara y distinta.

Mientras regreso de mi reflexión, en la jungla todos hablan al mismo tiempo, tratando de establecer cuánto dinero debe abonar cada uno para pagar la cuenta.

1 comentario:

Viyi dijo...

Me gustan tus textos, pero me dejan como un vacío raro, o un algo lleno de reminiscencia de cosas que, la verdad no se si pasaron...
No te felicito, te agradezco. De una manera u otra cada vez que te leo me dejas pensando, recordando o sintiendo. Por favor no dejes de hacerlo, que después de todo me hacen bien.
Un Beso.